¿Te has fijado en la letra K que aparece en las palas de pádel? ¿Sabes cuál es su significado? Pues la clave está en el material con el que se fabrican.

La mayoría de palas de gama alta son de fibra de carbono. Un material que, si bien resulta más caro y resta flexibilidad, a cambio aporta una mayor resistencia, más ligereza y un golpeo de bola más potente.

¿Todas las palas de carbono son iguales?

Dentro de la gama de productos diseñados con carbono nos encontramos con distintos grados de dureza que vienen referenciados por un código alfanumérico con un denominador común: la letra K.

Con este signo queda claro que se trata de una pala de fibra de carbono, mientras que la numeración que lo acompaña indica el grosor de la capa, que a su vez está determinado por la cantidad de hilos que componen la fibra. De esta forma, podemos encontrar una categorización de la dureza establecida en orden ascendente. Los tipos más comunes son:

●     3K: 3.000 hilos por capa

●     12K: 12.000 hilos

●     18K: 18.000 hilos

●     24K: 24.000 hilos

¿Qué pala de pádel se adapta mejor a tu juego?

La solidez del tejido condiciona el golpeo y, por tanto, la forma de jugar. Así, una pala 3K es menos rígida y aporta más flexibilidad, mientras que una de 24K es la más dura y permitirá realizar acciones de juego más potentes. No  obstante, hay algunas marcas que invierten el orden y la 3K sería la más consistente de su catálogo.

Una vez analizadas las prestaciones de la fibra de carbono, la elección de la pala dependerá de las características del jugador a nivel físico, estratégico o incluso de lo cómodo que se sienta en el golpeo con una u otra.

¿Tú con cuál te quedarías?